Por Sole Hott (@solehott)
Si tuviera que dividir a grandes rasgos a los runners diría que están los de calle y los de cerro, algunos combinan y otros aspiran a correr libres por la montaña, pero no le dan el sí definitivo. Eso si, les hablo de cerro, pero no al extremo, no les estoy diciendo corran 180K, con el agua hasta las rodillas y la intemperie como destino con temperatura bajo 0, es más bien sobre cambiar la superficie y el entorno. La idea es que sea una experiencia amable con ganas de repetirse, no un trauma forever.
Entonces, mientras en la calle se debaten entre rutas urbanas, la periostitis, el ruido de la ciudad silenciado por el playlist de turno y la precaución en las esquinas, en el trail lo hace entre la tierra, el silencio, los paisajes y la orientación. A simple y primera vista el cerro toma la delantera, y es que de solo ver a los seres de la montaña te dan ganas de ponerte un corta vientos, zapatillas de trail y salir corriendo cuesta arriba. Se ve fácil, aunque no lo es, y la tierra en la cara resulta tentadora. Y como Ladyrun es un sitio de mujeres corredoras, hay que decirlo, hay harto chiquillo apuesto corriendo en el cerro. Sí, el runner outdoor tiene lo suyo, es que entre el bronceado de montaña, el sudor, la tierra en la cara y el outfit cerrístico, es difícil no tentarse. Yo les digo esto como la corredora en práctica que soy, pero asumo que el bichito del cerro siempre ha estado y de mis amigos outdoor suelo recibir “¿cuándo vas a cambiar el cemento por la tierra?”.
Ahora bien, no solo los chiquillos del trail son la ventaja del cerro, hay argumentos de tipo profesional y técnico como un nivel más bajo de lesiones debido a que la superficie del cerro es más suave que correr en cemento. Además, se dice que se mejora la técnica y el tiempo, ya que el cerro suele tener lomas y bajadas, por lo que experimentas cambios constantes de inclinación y velocidad, lo que ayuda a mejorar. Y no podemos olvidar el tema de los ‘enanos’, en el cerro con el paisaje y el aire puro es mucho más fácil sacar a pasearlos y dejarlos olvidados en algún sendero, el break mental es mucho más exitoso, y eso se los confirmo, además el trail te permite tener tramos más lentos y eso te relaja aún más. Y, por último, dejar atrás el smog…una maravilla, sobre todo, cuando hay alerta ambiental.
Personalmente no me gusta correr en círculos, o pasar dos veces por el mismo lugar, por lo que el cerro me resulta aún más tentador. Y así, sin pedigree ni en calle ni en el trail, he corrido 7, 10 y 16K en cerro y espero ir por más, han sido lejos de las corridas que más he disfrutado en el tiempo que llevo corriendo. El cerro tiene lo suyo, la preparación y los implementos son diferentes, al igual que el gran premio al final de la ruta…la vista. Valió la pena levantarse temprano para llegar arriba, mirar y respirar. ¡Atrévanse chiquillas!