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En la ‘cabeza’ de una corredora novata

Le damos la bienvenida a nuestra nueva columnista María Paz, que se está preparando para sus primeros #21K! Estas son las impresiones de sus primeros entrenamientos ‘en serio’. Su meta: WeRunStgo.

Por María Paz (@lamarypeace)
Antes de comenzar este artículo tuve que registrar mi cajón de ropa deportiva para saber cuándo empecé a correr. Entre poleras, patas y shorts, bien arrugadita en el fondo, estaba mi primera polera de una carrera. Fue en octubre del 2012 cuando una amiga me invitó a la corrida McDonald’s 5 k. Con mi playlist de pop y reggaeton y sin técnica, la piqué como si me persiguiese un perro. Crucé la meta emocionada entre la masa de mujeres de rosado y en un tiempo respetable para mi nula preparación, pero agotada, lengua afuera, sin poder emitir ni media palabra, en buen chileno: raja. Pero me conquistó eso de las corridas, comprendí porqué la gente lo hace y también entendí que no era llegar y correr, al menos no si quería disfrutarlo de principio a fin.
Seguí trotando y participando en corridas esporádicamente, pero nunca con un entrenamiento constante, hasta que llegué al equipo NTC de Nike. Madrugando los martes y jueves con los dulces gritos de nuestra coach Bárbara Peschiera y con el equipo de RunClub dando vueltas por la pista a nuestro alrededor, me reencontré con el running. Un día la Barb llegó preguntando quiénes se animaba para los 21 k de Nike WeRun (Inscripciones WeRun). Yo me hice la sorda y seguí con mis deficientes burpees, pero al final de la clase vino la pregunta otra vez y ahora con sus ojos clavados en los míos. “Lo voy a pensar” le dije, sabiendo que la respuesta sería no.
Camino a mi casa –y con esas endorfinas pos entrenamiento que te hacen sentir como wonder women– me acordé de esa emoción cuando cruzas una meta y me imaginé cruzando la de los 21 k. Me embalé soñando despierta, pero rápidamente mi mente saboteó mi idílica escena y concluí que no sería capaz. Ahí estaba el problema, era mi cabeza. Entonces me propuse dar vuelta la cosa, demostrarle a mi mente de lo que era capaz mi cuerpo y asumir el mando de la situación. “Es pura cabeza” me había dicho la Barb, y tenía razón, la que manda es uno.
Me demoré varios días en dar una respuesta. Si aceptaba el desafío tenía que hacerlo bien: comprometerme a entrenar, alimentarme mejor y aflojar con el carrete. Entre los pro y los contra no hubo ninguna razón para no hacerlo, al contrario, todo sumaba. Y mi tranquilidad es que aún quedaban 2 meses, ¿cómo no iba a alcanzar a prepararme?
En eso estoy. Entrenando más, corriendo de a poquito, alimentándome mejor, trasnochando menos, pero sobre todo convenciendo a mi cabeza que sí puedo. Para mí esa es la clave, creerse el cuento y no auto sabotearse. En situaciones como cuando nos miramos en el espejo o nos proponemos metas desafiantes, es heavy como las minas nos convertimos en nuestras principales críticas y detractoras, pero esta vez prometí ser mi propia fan, tirarme para arriba y no arranarme. Así que lo decreté: el 15 de noviembre voy a terminar esa carrera lo mejor que pueda y la voy a disfrutar desde la largada hasta la meta. ¡Ya les iré contando cómo me va!

Acá les dejo algunos tips muy útiles que me dio Carlos Warnke, entrenador de RunClub:

-Invierte en buenas zapatillas de acuerdo a tu tipo de pisada (pronador, supinador o neutro). Un calzado inadecuado puede provocar lesiones o afectar una buena performance.

-Diseña un plan de entrenamiento con un coach, y síguelo con disciplina y constancia.

-Mide tu velocidad, corre a tu ritmo y aumenta progresivamente las distancias. Cada corredor posee un nivel de capacidad, por lo tanto debemos establecer estos ritmos de acuerdo a cada uno. Por más suave que sea la intensidad, el trote debe ser medido.

-Siempre busca nuevos objetivos, alienta a otros y motívate a ti mismo. Si no te crees el cuento, nadie lo hará por ti.

-No calmes la ansiedad, ¡vívela y disfrútala!

por

Josefina, periodista, corredora aficionada y editora de Ladyrun.

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