Comenzó como una idea loca que se concretó el domingo pasado cuando a esas cinco amigas se le unieron más de 25 mil mujeres, y hay que decirlo uno que otro hombre. El fin de semana comenzó en Union Square, el epicentro del evento, con un entretenida corrida corta para soltar las piernas. “Te motivaba demasiado, y nos dio ánimo para ponernos en la onda de la carrera” cuenta Sole Hott. Como son los ‘gringos’ mucho cheering, bailecito por las esquinas y una alegría desbordante en la previa de la carrera que ya se veía sería emocionante.
Después de correr, y de un troteyuno exquisito, fuimos por el souvenir. ¡Ay cómo nos gusta el souvenir! La tienda Nike Town, de Union Square, estaba dispuesta con todo tipo de productos de la carrera desde calcetines compresores, pasando por poleras, polerones y las zapatillas especiales del evento. Y reconozcámoslo: nos volvimos un poco locas comprando, pero valió la pena para llevarnos esos recuerdos que nos acompañarán para siempre.
Y como estábamos en una de la ciudades más lindas de Estados Unidos la tarde siguió caminando, poniendo las piernas a prueba y reconociendo terreno. Aunque cuando veíamos una calle super empinada, decíamos: “Obvio que por acá no vamos a pasar es muy de subida”. Error, así no más fue el recorrido.
La carrera comenzó super temprano, a las 6:30 y la invitación era llegar a las 5:30. Estaba de noche, y organizar a 25 mil personas significaba medidas de seguridad, carriles separados y muchas reglas. La largada fue puntual y rápidamente comenzamos a subir, San Francisco todavía estaba durmiendo y quienes nos alentaban eran mayoritariamente los que venían saliendo de la fiesta porque aún estábamos en el centro.
Cuando comenzó a amanecer y llegamos a los barrios más residenciales, la ciudad nos mostró porque es una postal para turistas. Recorrimos los barrios emblemáticos con sus casas victorianas de colores, sus parques, sus grandes avenidas y vistas a la bahía. Si eso era bonito, llegar al parque Golden Park fue alucinante. Una belleza natural impresionante en el medio de la ciudad, nos esperaban árboles gigantes, hermosos, un verde profundo y senderos pensados para hacer deporte. En cada punto de hidratación, bandas de música de los colegios locales y personas animándonos. Quizás ellos sabían la tremenda cuesta que tendríamos que subir para llegar a la meta.
En el kilómetro 18 aproximadamente, venía la subida más pesada. Al terminarla, ahí estaba el majestuoso Golden Gate Bridge esperando y diciéndonos ( junto con las personas que nos hacían barra) que quedaba poco. Bueno, no era tan así, quedaba un camino pesado, pero muy lindo. En los últimos kilómetros grupos de las diferentes comunidades de emigrantes de la ciudad nos recibían con música y bailes típicos y se acercaba la meta.
Cruzarla no fue una odisea, sino un reconocimiento a las mujeres que corren. Era una carrera difícil, pero no imposible pero ver a mujeres de todos las condiciones físicas, edades, razas, colores corriendo juntas y con respeto valió el collar de Tiffany & Co que nos entregaron en la meta.
WeRunSF: corremos unidas
Esta es la historia de un viaje de amigas, de cinco corredoras que hace más de 1 año se pusieron una meta: correr por los cerros de San Francisco en una de las más multitudinarias carreras para mujeres de Nike Women Series.