Comer como lindo premio después de una comida, etiquetar a tus amigas corredoras cuando abrió un nuevo lugar para desayunar, pensar (mientras corres) en el menú que probarás después. Hay tanto que decir y disfrutar de comer y correr, que hicimos una lista, que sólo quienes aman la comida, van a entender:
- Quedar hipnotizado por el olor de un pan tostado, una cafetería, unas galletas horneándose, mientras pasas corriendo en la mañana.
- Celebrar (con aplausos) cuando, después de correr, al fin llega la comida a tu mesa.
- Compensar inmediatamente las calorías quemadas, con tu comida favorita.
- Enojarse, cuando terminando una carrera (sobre todo los domingos) y no hay NADA abierto para comer.
- Conocer algunos menús de memoria, con precios y todo.
- Cuando estás lesionado, realmente no te acuerdas como comías antes de empezar a correr.
- Conocer absolutamente todos los lugares de comida rica y saludable en el sector donde corres.
- No entiendes cuando alguien come lo mismo que tú y no corrió ni medio metro.
- Hacer una ruta para un largo que termina en tu lugar favorito para desayunar.
- AMAR la semana de un maratón y medio maratón, porque puedes comer más de lo normal.