Algunos días nos sentimos superpoderosas, pero otros comenzamos a correr con un ‘no puedo’ instalado en nuestra cabeza. Ese sentimiento es el que nos frena, nos impide mejorar y, peor aún, es el que no nos deja pasarlo bien haciendo el deporte que más nos gusta: correr.

Para revertir esa sensación solo tenemos que mirarnos y revisar nuestra historia. Recordar por qué comenzamos a correr y cómo hemos evolucionado. Acá algunos consejos para recuperar la confianza y no perderla jamás.

 

Vuelve a los inicios

¿Te acuerdas cuando corrías sentías que ya no podías más mirabas tu reloj y no habían pasado ni 5 minutos? Bueno, eso etapa ya pasó. Independiente de la distancia que estés corriendo hoy seguramente te sientes mucho mejor que esa primera vez. Eso se llama progreso y es el triunfo más grande que tenemos como corredoras. No te compares con el resto y celebra que lo que está por venir.

 

Observa tu progreso

Nada más visual que mirar un antes y después. Te invitamos a tomar una foto de tu primera carrera o entrenamiento y compararla con una actual. Seguramente verás los cambios que el running ha provocado en tu cuerpo ¡qué mejor incentivo para partir feliz tu siguiente entrenamiento!

 

Revisa tus metas

Sin metas es difícil mantenerse motivada, eso ya lo sabemos. Ahora si nos queremos mantener motivadas lo más importante es encontrar una que sea consecuente con el tiempo que llevamos entrenando, que se ajuste a la disponibilidad que tenemos para entrenar y, lo más importante, que sea realizable. La mejor manera de manejar la frustración: contar con las herramientas para conseguir lo que queremos

 

Encuentra tu mantra feliz

Les prometemos que resulta. Busca esa frase que te da confianza y repítela hasta que se transforme en una certeza. Y si no es una frase: repasa a cada paso todos los sacrificios y esfuerzos que se necesitaron para estar ahí ¿Cómo vas a perder la confianza si trabajaste tanto por llegar a la meta?