Selecciona una meta

Las metas nos mueven, nos guían y nos permiten comprometernos con lo que queremos. Nadie dice que no puedan modificarse, pero siempre es bueno establecerlas y tenerlas presentes antes de una carrera. ¿Quieres ir más rápido? ¿Llegar a la meta entera ( y digna)? ¿No parar en el trayecto? No importa cuál sea, establece un propósito y cúmplelo. Suena simple, pero lograrlo requiere del compromiso para darlo todo.

Identifica tus debilidades

Personalmente, mi peor enemigo es el clima. En búsqueda de las condiciones perfectas, pongo demasiadas fichas en lo externo e incontrolable. Si llueve o hace demasiado calor, simplemente me paralizo. Con el tiempo he aprendido a dejarlo ser, no miro obsesivamente el pronóstico el día anterior y trato ( sí, trato) de dejarlo al destino. Busca tu kryptonita y atácala, no dejes que te domine antes de la largada.

Busca tu mantra

Tienes tus metas claras, identificaste tus puntos débiles ahora es momento de encontrar las palabras que te ayuden a cumplir con lo que te propusiste. El valor de las palabras es clave en una carrera. ¿Qué pasa si vamos pensando desde el kilómetro 3 ( de 10) que nos duele todo y que seguramente vamos a parar? O se cumple la profecía o no lo pasamos bien en el trayecto. Una de dos. Busca una palabra o frase feliz para seguir adelante.

Prepara lo que necesites y repasa tus entrenamientos

Nada mejor que estar preparada. Después de muchas carreras corridas nos hemos dado cuenta que la clave está en no dejar nada al azar. No se trata de estresarse, pero sí de organizarse. Deja listo todo lo que necesites el día antes, prepara tu playlist, la hidratación y repasa la ruta para llegar a la carrera. Cuando estés lista para salir, repasa los entrenamientos y recuerda cómo y por qué llegaste a este momento. Ahora ¡a disfrutar!