- El sudor es un mecanismo natural del cuerpo que regula nuestra temperatura ante situaciones ‘límite’, como cuando hacemos ejercicio o si sentimos miedo o estrés. Un aliado para eliminar toxinas a través de los poros, mantener el cuerpo frío y refrescar la piel. “La transpiración es un proceso fisiológico que ayuda a mantener estable la temperatura corporal, previniendo golpes de calor”, explica el Dr. Andrés Figueroa, dermatólogo de Clínica Universidad de los Andes.
- Hay muchos factores personales y circunstanciales que inciden en este proceso a la hora de entrenar, y que te hacen sudar más o menos, así que no te compares con otras corredoras. Por ejemplo, hay que considerar el género (los hombres tienen a sudar más que las mujeres), edad (los jóvenes sudan más que los mayores), la genética, tu ropa deportiva, la temperatura, la humedad, y por supuesto tu condición física.
- Eso de que “mientras más sudas, más calorías quemas” es un mito, así que olvídate de abrigarte de más al entrenar. Cuando la temperatura corporal aumenta, las glándulas ecrinas secretan el sudor y la evaporación de la humedad de la piel ayuda a que se enfríe. Es decir que al transpirar botamos agua, la que recuperamos fácilmente post entrenamiento cuando nos volvemos a hidratar. Lo que te hará quemar más calorías (si ese es tu objetivo) es el esfuerzo que hagas durante tu entrenamiento, no si terminas con la camiseta empapada.
Eso de que “mientras más sudas, más calorías quemas” es un mito, así que olvídate de abrigarte de más al entrenar.
- ¡OJO! Las personas con una mejor condición física tienden a sudar más que quienes no se ejercitan con frecuencia. La razón tiene que ver con que a medida que la condición física mejora, también se vuelve más eficiente el sistema de regulación de calor de nuestro cuerpo, por lo que hace su trabajo mucho más rápido. Esto permite que mantengamos nuestra energía a tope y que podamos seguir entrenando al máximo, sin sentirnos sofocadas o fatigadas.
- Aunque por estos días es inevitable no sentir que transpiramos de más, la sudoración excesiva no es normal y hay que estar atentas para identificar si podría tratarse de algo más complicado. “Se deben diferenciar dos alteraciones principales, el exceso de sudor, lo que conocemos como hiperhidrosis, y la presencia de mal olor, fenómeno que llamamos bromhidrosis”, explica el especialista de Clínica Universidad de los Andes. Y agrega: “el exceso de sudor puede causar propensión al desarrollo de hongos en la piel, algunas infecciones bacterianas y también problemas en la interacción social y autoestima. En estos casos es mejor consultar a un especialista”.