¿Quieres mejorar tu técnica de running? Sigue estos 7 simples consejos
Mantén la cabeza recta y lo columna erguida
La clave para lograrlo sin pensarlo demasiado es mirar hacia delante, con una proyección de 30 a 40 m., y siempre evitar mirarte los pies. Si mantienes la mirada el frente, la mandíbula y el cuello estarán relajados, en cambio si miras hacia abajo tensionas el cuello y los hombros. Además, preocúpate de que tu espalda este erguida, hombros hacia atrás y hacia abajo, y abdomen contraído. Si te agachas restringes la respiración y harás que llegue menos oxígeno a los músculos.
Relaja tus manos
Por algunas razón los corredores nos olvidamos mucho de las manos cuando entrenamos… ¡Error! Hay que preocuparse de mantenerlas relajadas, pero sin dejarlas caer a los lados. Llevarlas tensas podría causar molestias o incluso lesiones en la espalda y hombros.
Flexiona tus brazos en 90º
Tal cual una L perfecta, dobla tus brazos de esa forma e intenta moverlos hacia delante y hacia atrás mientras corres, no cruzándolos por delante o por los lados de tu cuerpo. El movimiento que haces con tus brazos es fundamental para impulsarte en cada zancada hacia adelante, así que si los mueves hacia cualquier lado solo estarás perdiendo esa energía.
Inclina tu cuerpo hacia adelante y estabiliza tus caderas
Ni muy hacia adelante ni hacia atrás, la posición correcta es vertical o levemente hacia delante (existen dos teorías), pero lo importante es que no hagas presión sobre tus caderas. Quienes recomiendan inclinarse un poco hacia adelante, argumentan que esa posición podría reducir el impacto del talón y ayudar a aterrizar en la mitad del pie. En cualquier caso, las caderas deben permanecer estables y firmes, para prevenir lesiones o molestias en la espalda baja y sobre ellas mismas.
No levantes demasiado las rodillas
Las rodillas deben proyectarse hacia adelante, no hacia arriba (además, así prolongarás la longitud de tu zancada), y el aterrizaje debe ser ligero, con una leve curva en la rodilla. Esto es muy importante sobre todo si entrenas en superficies duras, porque así amortiguarás el impacto.
Pisa con la mitad del pie y no tan fuerte
Aterriza con la mitad del pie y debajo de las caderas, no con el pie delante de tu cuerpo. Por seguridad, evita golpear la superficie con el talón o la punta primero. Además, preocúpate de que tus zancadas sean ligeras y tranquilas, que son mucho más eficientes y menos traumáticas para tu cuerpo que dar pasos fuertes que ‘golpeen’ la superficie.
Respira profundo y rítmicamente
Seguramente no será un consejo nuevo, pero nunca lo diremos demasiadas veces: la respiración es el punto de partida de todo, el combustible de cada zancada, por eso debes prestarle mucha atención. Preocúpate de respirar de manera profunda y rítmica, y evita esas respiraciones cortitas y superficiales.