Con la inminente bienvenida al 2023 seguramente varias están sacando cuentas de las desafíos cumplidos este 2022, los que no llegaron a buen puerto y se mantienen y las metas que se suman a nuestros objetivos deportivos del próximo año. Pero a pesar de que tener claro lo que queremos puede ser fácil, establecer metas que vayan acorde a nuestra capacidades no lo es tanto, y a veces nos equivocamos al fijarnos desafíos demasiado fáciles u otros muy difíciles, que al no cumplirnos nos frustran.
Con varias dudas sobre este tema fuimos donde Alejandro Díaz, psicólogo deportivo del área de Medicina Deportiva de la Red de Salud UC Christus.
¿Cómo establecer metas deportivas para el 2023 de manera ambiciosa, pero realista? Una buena forma para generar metas que durante el proceso me mantengan comprometido a ellas, es en primer lugar definir la dirección a la que quiero apuntar, que tan lejos quiero llegar y también qué estoy dispuesto a sacrificar (o cuánto quiero esforzarme) para cumplir este propósito. Necesitamos que uno de nuestros principales “motores” que es la motivación esté funcionando de buena forma y que no decaiga en el camino.
Por ejemplo, querer bajar de las 4 horas en la maratón. Para esto sabemos que el nivel de compromiso debe ser sostenido en el tiempo, lo que incluye muchas áreas de trabajo (no solo lo físico-técnico, sino que también cuidar el descanso, la alimentación, etc.), que debe ser voluntario y no impuesto y principalmente que debe partir del propio interés o deseo de conseguir algo. Si contamos con una adecuada motivación que incluya aspectos personales de desarrollo, desafío y superación, y entendemos objetivamente qué debo realizar y qué debo sacrificar, es mucho más probable que logremos cumplir nuestras metas.
¿Qué método nos recomiendas para definir estos desafíos? Es recomendable anotar los objetivos para ir revisándolos a medida que se cumplan los plazos que establecimos, sin miedo de marcar que se han cumplido o no, porque es tan importante cumplirlos como entender por qué no se han logrado, para aprender de esto y replantear de mejor forma mis objetivos y estrategias.
Generalmente el planteamiento de objetivos es un proceso personal y que también se puede trabajar en conjunto con un psicólogo deportivo, pero las metas en sí pueden tener aspectos que son medibles individualmente en su progreso, así como también tener componentes de competitividad con otra persona.
Realizar pequeños desafíos (kilómetros acumulados por semana, controles, mejor kilómetro promedio, etc.) es un método que a ciertas personas las mantiene altamente motivadas e involucrados en la consecución de sus metas, porque en este caso este tipo de corredores son guiadas por una motivación extrínseca.
Es normal que los deportistas tengan distintos tipos de motivación (intrínseca o interna, extrínseca, orientada a la tarea, orientada al ego), y en vez de recomendar específicamente un solo tipo, hay que entender que cada persona puede verse influenciada por una mezcla de estos estilos motivacionales, con tendencias hacia alguno de ellos de forma más marcada, que puede variar por distintas etapas de vida, del año o incluso de la planificación deportiva.
Si en el camino nos damos cuenta de que la meta fue demasiado ambiciosa, ¿cómo lidiar con eso para no frustrarnos? ¿es posible reformular un desafío? Si los objetivos se plantean adecuadamente, estos se encontrarán dentro de los límites que puedo alcanzar (aun así, siendo desafiantes y exigentes), sin embargo, algo que no debe asustarnos ni frustrarnos es el fallar en ese camino. No es la idea acostumbrarse a fallar, por el contrario, debo hacer todo lo posible por conseguirlos, pero si llego a fallar la actitud que tome frente a esto es clave, ya que si tengo una mentalidad de crecimiento que ve estos obstáculos como posibilidades de aprendizaje y mejora, todo se hará más fácil.