- Índice de protección UV. Es lo fundamental y la razón por la que son indispensables en la época estival. Privilegia aquellas marcas certificadas y cómpralos en ópticas o tiendas especializadas (¡jamás compres unos falsos!). Preocúpate de que protejan contra los rayos UVA y UVB.
- Ventilación. Esta característica es primordial, sobre todo para quienes transpiran mucho en la zona de la frente y contornos del rostro. Elige un modelo de anteojos de corredora que garantice una ventilación adecuada para que el sudor no se convierta en una molestia al entrenar. Muchos anteojos vienen con una discreta espuma en los bordes que contiene el sudor, y a algunos se les puede quitar o poner.
- Ligeros y ajustados. Sí o sí el anteojo tiene que ser ultra liviano y permanecer estable sobre los ojos entre cada zancada, así que pruébate el modelo y aunque hagas un poquito el ridículo da algunos saltos o zancadas para comprobar el ‘agarre’. Los extremos blandos de goma son muy buenos aliados para mantener la estabilidad.
- Un color para cada ocasión. Si eres corredora matutina elige lentes de un tono oscuro como gris, negro o verde, para que la luz no te deslumbre demasiado; si por el contrario, corres cuando atardece o te tocó un día muy nublado, elige lentes más claros de color café o ámbar.
- Lentes intercambiables. Aunque no es una característica fundamental, es una buena alternativa para jugar con diferentes modelos en uno. Además, varios de este tipo son adaptables a los lentes graduados.