Era un sueño, participar de mi primera carrera Mayor ( el circuito donde se encuentran maratones tan importantes como Nueva York, Tokio, Chicago, Boston y Londres): el Maratón de Berlín 2016. La idea partió en abril y tenía varios meses para prepararme e intentar hacer mi mejor tiempo en los que dicen son unos de los 42K más planos del circuito. Bueno, ya les contamos en un post anterior…llegó una sorpresa (Correr embarazada) y los planes cambiaron. La carrera ya no podría ser igual, pero no me perdería la experiencia.
Berlín es una ciudad que vale la pena conocer y corriendo mucho más. No les vamos a hacer una recopilación de datos turísticos porque para eso hay otros que lo hacen mucho mejor que yo. Solo les puedo decir que el fin de semana de la carrera la ciudad toma un ritmo diferente, las calles se llenan de corredores ( igual que los hoteles y restaurantes) entrenando y disfrutando. Tan vibrante es la ciudad que es muy fácil ( y nos ocurrió) dejarse llevar y caminar más de la cuenta justo antes de correr. Personalmente creo ese es consejo más importante para un corredor viajero: deje el paseo para la post carrera, aunque duela bajar escaleras o simplemente moverse.
Lo primero fue ir a la Expo, debo decir que tenía altísimas expectativas. Pensaba que me encontraría con productos super innovadores, miles de marcas nuevas y que mi tarjeta de crédito correría peligro. La verdad: había más o menos lo mismo que podemos encontrar en Chile y más caro. Para nada decepcionante, pero tampoco emocionante. La organización eso sí: excelente, todo funcionaba como reloj. Vino el paseo ( como les decía excesivo), la carga ( aunque como yo sabía, por mis cinco meses de embarazo, que no correría tanto fue bien modesto) de carbohidratos y vivir los nervios de la noche anterior gracias a mis amigos corredores. No hay nada más emocionante para un runner como la n0che anterior a un maratón, donde no sabemos que pasará.
Desde la largada entendí esta carrera no tenía comparación con ninguna en la que hubiera estado antes. Más de 6 carriles de encajonamiento- separados por tiempo de llegada- y más de 40 mil aplicados corredores. Me llamó la atención que los hombres esta vez llevaban la delantera por mucho. Diría que más de un 70% eran hombres. Miles de nacionalidades y razas en la largada, todos concentrados pero disfrutando de la emoción de lo que se venía. Nos costó salir- por la cantidad de personas- pero desde la primera pisada en la largada…comenzaron los paisajes increíbles.
El recorrido le hace honor a la ciudad, recorre sus lugares emblemáticos que demuestran porque Berlín es tan especial. Y aunque los alemanes tienen la fama de ser personas ‘secas’ en cada esquina familias, amigos, jóvenes, viejos se dan el tiempo para alentar, apoyar y celebrar a los corredores. «¡Vamos Chile!» escuchamos varias veces. Aunque no hicimos completo el circuito, sentimos esa vibra especial de una carrera tan importante como esta. Al kilómetro 15 decidí dejar de correr aunque por lo lindo del paisaje habría ido por un poco más. Pero ya vendrán nuevas carreras, y definitivamente, la oportunidad de terminar Maratón de Berlín de la manera que lo imaginé.
Si tienen la oportunidad de participar, no se la pierdan. Es una experiencia para guardar para siempre en el medallero de un corredor.
¡Gracias a Tomás Larraín y Josefina Mardini por las fotos!