- Fíjate en la fecha de vencimiento de tu protección solar. No se recomienda reciclar el mismo producto de un año para otro porque pierden efectividad. Incluso cuando estés comprando uno nuevo, siempre lee la fecha de caducidad.
- Compra un bloqueador que se adecúe a tus necesidades y tipo de piel. Lo más específicos no son baratos, lo sabemos, pero vale la pena la inversión.
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Diferencia en un bloqueador de cara y otro de cuerpo. Recuerda que las exigencias de la piel del rostro vs. la del cuerpo en protección solar son distintas.
- Infórmate de los índices de radiación UV. Especialmente si realizarás actividades al aire libre, es importante que sepas qué nivel de radiación habrá y que evites los horarios más riesgosos.
- Prepara tu piel antes de aplicarte el bloqueador. Fíjate que esté limpia y seca para que el producto penetre bien.
- Usa bloqueador a diario, incluso si no estarás expuesta directamente al sol. Los rayos UV atraviesan las ventanas, así que, en el oficina, auto, etc., siempre debes estar protegida.
- Reaplica la cantidad de veces que sea necesario, sobre todo si has transpirado. La regla general dice hacerlo al menos cada dos horas, pero depende del horario y cuán expuesta te encuentres al sol.
- ¡No olvides las manos! Es una de las partes del cuerpo más expuestas, y sin embargo más olvidada a la hora de protegerlas del sol.
- Lleva siempre un bloqueador en tu bolso de entrenamiento para reaplicarlo durante y después de entrenar.
- Refuerza la protección solar con accesorios como anteojos, jockeys y viseras que amortigüen el impacto de los rayos UV sobre los ojos y piel.
