Antes de una carrera nos llenamos de emoción. Físicamente, queremos ir super preparadas; emocionalmente, lo más tranquilas posible y en lo exterior, nos encantaría lucir la mejor de nuestras tenidas deportivas con las zapatillas perfectas y relucientes. Pero ¿cuándo debemos cambiar las zapatillas antes de una carrera?
“Definitivamente no recomendaría estrenar zapatillas el día de una competencia. Puede ser una pésima decisión que podría tirar a la basura todo el entrenamiento previo porque lo más probable es que corramos incómodos y que debamos soportar heridas o quemaduras por roce durante el trayecto” explica el kinesiólogo Fernando Yanjarí, del centro KMP (www.kmp.cl).
Es que las zapatillas son, definitivamente, uno de los accesorios más importantes de un corredor y por lo mismo la adaptación, no debe tomarse a la ligera. Y aunque no vienen con fecha de expiración, se recomienda que al llegar a los 600 kilómetros se cambien. Luego se pueden usar para entrenamientos funcionales, para caminar, pero idealmente no para correr.
“Creo que 1 mes antes de la competencia es un tiempo prudente (sobretodo para aquellos que correrán 10k o 21k) para cambiar las zapatillas siempre y cuando la transición se haga de manera paulatina, es decir, que vayamos ablandando el material durante los entrenamientos. Ahora bien, para los que corren 42K, aconsejaría que el periodo de adaptación a la nueva zapatilla sea más largo ya que su pie se verá sometido a una gran carga durante esos largos kilómetros de competencia”, recomienda el especialista.
¿Cómo hacer la adaptación? “Por ejemplo podemos usarla 1 semana solo para caminar, así el pie se va acostumbrado de manera paulatina y amigable con las nuevas zapatillas. Otra opción es que destinemos el uso de la nueva zapatilla exclusivamente al trote de calentamiento o a los entrenamientos que nos toque poco kilometraje (10K o menos), así evitaremos heridas en los pies provocadas por el roce”, recalca.
¿En qué debemos fijarnos para determinar si ya debemos jubilar a nuestras zapatillas?
- Revisar si la suela tiene grietas y líneas visibles
- Evaluar si la zapatilla ha perdido el agarre (perdida de seguridad en la pisada)
- Determinar si la capellada (la parte que cubre al pie) de la zapatilla ya no ofrece el mismo soporte
- Disminución de la amortiguación
¿Se lavan las zapatillas? Aunque se pueden lavar este proceso finalmente acelera el desgaste de la zapatilla. Se pierde la rigidez y el ajuste lo que le resta a su vida útil. Mejor limpiarlas con un paño con agua caliente y dejarlas secar en un lugar donde no llegue directamente el sol.
*Nota publicada en www.revistamujer.cl