Por Sole Hott ( @solehott)
Volver de una lesión no es agradable, pero es peor lidiar con la lesión y el dolor. Luego de casi 3 meses fuera de las pistas les aseguro que lo más importante al volver es agradecer cada kilómetro que vas agregando y volver a compartir la calle con la pipol del equipo de running.
Luego de tanto tiempo, correr de nuevo es casi un examen médico constante, sientes cada uno de los músculos, tendones y ligamentos en tu cuerpo, estás en un estado de alerta y el miedo a sentir aquel dolor en particular de nuevo ronda cada segundo. De ahí la importancia de no perder el objetivo y ahí es cuando debes escuchar al kinesiólogo aunque después de meses no lo quieras ver más…”sin apurarse, con calma, hay tiempo”. El kine siempre tiene la razón, aunque no lo parezca y uno por dentro esté pensando: «este no sabe lo que es estar lesionada». Efectivamente no lo sabe, pero él es el que sabe como devolverte al running.
Por eso esta vez decidí ir realmente de a poco y siguiendo los consejos del kine. Por esto el primero paso fue entender que no podía volver al ‘yo-pre-lesión’ de una, ya que todavía estoy bajo observación y hay que prevenir otra lesión. Segundo, aprendí a no compararme con el ‘yo-pre-lesión’. Los tiempos, kilómetros y horas de entrenamiento ahora tienen que cambiar y debes bajar la intensidad, y si no haces este switch te vas a frustrar inevitablemente y eso no ayuda en la recuperación.
Luego de casi 3 meses fuera de las pistas les aseguro que lo más importante al volver es agradecer cada kilómetro que vas agregando y volver a compartir la calle con la pipol del equipo de running.
Luego, los primeros días de regreso literalmente sentí que moría y 5 kilómetros parecían un maratón. Lo único que pensaba era “cómo voy a llegar a los 21k de nuevo”. Lo bueno es que es normal, empiezas a mover todo tu cuerpo de nuevo después de mucho tiempo, pero los músculos tienen memoria, y poco a poco comienzan a volver. Durante mi tiempo fuera de las pistas vi como mis piernas se fueron debilitando en cuanto a músculo, pero con entrenamiento funcional y ya empezando a correr, han ido volviendo de a poco y eso mismo hace que uno se sienta más fuerte. Los primero kilómetros son difíciles, pero el ir avanzando también te motiva. Por esa razón otro punto clave es justamente sobre el entrenamiento funcional que me aconsejó mi kine. O en verdad, fortalecer el cuerpo, otras debilidades y aquellas que te hayan llevado a la lesión con preparación física. No solo te ayuda a sentirte activa de nuevo, sino que además te ayudará a fortalecer para cuando regreses del todo. Y por último, si vuelves a sentir algo de dolor de la lesión, o de antiguas lesiones, debes detenerte. Bajar la carga, intensidad y kilómetros de nuevo, además de avisarle a tu kinesiólogo.
Lo mejor de volver fue sin lugar a dudas acostarme un viernes temprano para poder levantarme el sábado a las 8am y reencontrarme con el equipo. Eso es algo que solo los runner entendemos, quizás mis amigas que no corren se estresen porque volví a acostarme temprano los viernes, pero para mí es el mejor panorama.
Yo tuve que aprender a cultivar la paciencia todos estos meses, confieso que hay días en que digo “no voy a poder volver a correr como antes”, pero ahí es cuando tienes que centrarte de nuevo en el objetivo que es solamente “volver a correr” por ahora, el “como antes” llegará a su tiempo. Estar de vuelta, y todavía en el proceso, no es tan malo, porque la satisfacción de volver a correr no tiene comparación con nada, ni si quiera con todo el dolor que tuviste que sentir para estar corriendo de nuevo. Ver de nuevo la ropa de running en el colgador no tiene precio.