Comenzaste a correr y aunque te costó fuiste superando obstáculos. Cada día avanzaste un poco más, dejaste atrás tus metas iniciales y conseguiste bajar tus tiempos. Pero cuando bajan las temperaturas… decides cambiar tus entrenamientos para quedarte en la casa al calor de la estufa o bien metida dentro de las sábanas. “Vuelvo en septiembre”, dicen muchas. ¿El problema? En esa pausa se pierde lo que habías avanzado. Estos 5 consejos te ayudarán a no perder el impulso y cuidarte cuando corras en invierno.
1. Capas inteligentes, no sobre abrigo
Dicen que correr es un deporte ‘barato’, que sólo se necesitan un par de zapatillas y ganas. Ojalá fuera sólo eso. Aunque es verdad que podríamos salir a entrenar prácticamente con cualquier prenda cuando el running se convierte en un hábito la ropa técnica deja de ser una opción y se convierte en una necesidad. En invierno más aún. “Las telas técnicas permiten el traspaso de la humedad y la traspiración que viene del cuerpo al exterior para un desempeño óptimo en todo momento independiente de los cambios de temperatura”, explica Javier Zavalaga, especialista en Running de Reebok. No necesitamos enfundarnos en parkas ni chalecos de lana, lo ideal es: unas patas largas, una primera capa técnica, un cortaviento, un buff para proteger orejas y la nariz y unos guantes transpirables. Evita el algodón que no permite que el sudor se evapore.
2. Sácate la ropa rápido
Aunque hayas invertido en buena ropa técnica, impermeable y transpirable una clave infalible para evitar enfriamientos y resfríos es cambiarse de ropa inmediatamente después de entrenar sobre todo durante entrenamientos largos. No es necesario cambiar todo el atuendo con la primera capa es suficiente, aunque lamentablemente para las mujeres eso incluye el sostén deportivo que es la prenda que más humedad absorbe y que en invierno debe sí o sí debe ser transpirable.
3. Seguras a toda hora
Tanto a las 6 AM como a las 10 PM, los corredores somos prácticamente invisibles y la única manera de protegernos es usando elementos reflectantes. Aunque la mayoría de la ropa técnica tiene parches que permiten que nos veamos durante la noche, es preferible agregar algunos accesorios extras. Yo soy de las que usa una chaqueta reflectante, aunque se rían los compañeros del club de running al que pertenezco y me cataloguen como exagerada. Para algunos eso puede ser muy llamativo, pero también están las pequeñas luces para las zapatillas, los frontales, los prendedores, entre otros. Todos supernecesarios durante las madrugadas y noches del invierno.
4. Hidrátate
En verano estamos pendientes del agua y en invierno se nos olvida. Con el frío disminuye la transpiración pero no nuestras necesidades de hidratación. Si entrenamos más de 1 hora, el protocolo debería ser similar al de meses más cálidos. “La deshidratación provoca disminución del rendimiento deportivo (velocidad y fuerza), calambres y una lenta recuperación post ejercicio. El estar deshidratados hace que notemos más rápido el cansancio y fatiga muscular”, nos dijo la nutricionista de KMP, María Teresa Onetto en un artículo de www.ladyrun.cl. Además nuestro pelo, manos y rostro también necesitan mantener su humedad natural: este es el momento para usar cremas más untuosas y máscaras hidratantes. Siempre con protección solar.
5. Usa las carreras
Puede que tengamos todo nuestro corazón puesto en una carrera, pero poner ‘todas las fichas’ en un evento anual no es lo más recomendable. Si la gran carrera es en abril ¿qué me motivaría para entrenar en junio o agosto? Establecer metas durante todo el año nos mantiene alertas y comprometidas con nuestro entrenamiento. Hoy, afortunadamente, gracias al boom de running hay alternativas casi todos los fines de semana y si las aprovechamos el invierno pasará volando.