¿Correr más lento para correr más rápido? Sí, es verdad. Hay varios beneficios de ir más despacio. Por un lado, al correr más lento podemos evitar lesiones y dolores musculares, lo que nos permitirá correr más seguido sin fatigarnos y, al mismo tiempo, mejorar nuestra capacidad aeróbica. En una entrevista con el Washington Post, la entrenadora Claire Bartholic explica que para que el cuerpo pueda moverse durante largos periodos de tiempo necesita mejorar su sistema de energía aeróbica, lo que se traduce en ser capaz de crear energía utilizando oxígeno.
Bartholic explica que para poder concretar un maratón, o incluso una carrera de 5k en óptimas condiciones, tenemos que desarrollar nuestro sistema de energía aeróbica, y para hacerlo, aprender a corre a una velocidad que permita que los músculos se oxigenen correctamente. Entonces ¿cómo aprendemos a correr más lento en algunos de nuestros entrenamientos?
A lo que hay que apuntar es a correr lo suficientemente lento como para maximizar la capacidad aeróbica, pero al mismo tiempo esforzarnos lo suficiente como para que el entrenamiento valga la pena. Para esto, lo que se sugiere es medir la frecuencia cardíaca máxima: multiplica tu edad por 0,7 y al resultado réstale 208. Eso te dará la cantidad de latidos por minuto que tu corazón produce cuando corre lo más rápido posible.
A partir de eso, se calcula que un corredor amateur promedio corre lento pero productivamente cuando se mantiene en un 60% de su frecuencia cardíaca máxima. Entonces, más que estar viendo nuestra velocidad, en nuestros entrenamientos lentos deberíamos estar midiendo nuestra frecuencia.
¿No tienes un reloj que mida tus latidos? El clásico truco del trote conversado te va a ayudar: si puedes mantener una conversación sin que te cueste respirar mientras corres, entonces estás manteniendo un paso lento pero productivo. Si corren solas, pierdan la vergüenza y canten el coro de alguna canción. Si lo logran sin esfuerzo, entonces están corriendo lento.
3 maneras en que beneficia correr más lento, para correr rápido
- Los entrenamientos lentos no solo son perfectos para mejorar la capacidad aeróbica, que sin duda usaremos en carreras rápidas, sino que además sirven para mejorar la forma con la que corremos.
- Al no estar usando nuestra máxima potencia, podemos preocuparnos de nuestra postura, pisada, movimiento de brazos y respiración.
- Aprovecha cada par de kilómetros para chequear que estés manteniendo esa forma, y acostumbra tu cuerpo a correr así, para que cuando tengas entrenamientos rápidos la buena postura ya sea costumbre y se dé sola.
¿Cada cuánto tiempo deberíamos correr lento? Según el sitio web Women’s Running, se recomienda que entre el 70% y el 80% del kilometraje semanal sea a un ritmo suave.