Correr tiene increíbles ventajas para nuestra salud física y mental, que van más allá del ritmo que llevemos. Lo primero es sentirnos cómodas, y ser responsables con nuestra condición física. Recuerda que mejorar no siempre es sinónimo de ir más rápido, o por el contrario, empeorar no quiere decir que seamos más lentas, y estos listados son la prueba.
Correr rápido o despacio, ¡estos son sus beneficios!
Beneficios de correr despacio:
- Se enseña a los músculos a optimizar energía y a ganar progresivamente resistencia aeróbica, capacitando al cuerpo para correr cada vez más, y si lo quieres, a un ritmo más rápido.
- El ritmo más pausado reduce la frecuencia cardiaca basal, lo que tiene como resultado una mejor salud cardiovascular.
- Al correr más lento se hace más fácil corregir la postura al correr.
- Se consumen calorías y queman grasas.
- Se reduce la hipertensión arterial.
- Se reduce el riesgo de lesiones (sobre todo entre quienes se recuperan de una) y el impacto sobre las articulaciones también es menor.
No te pierdas la nota Por qué deberías correr más lento para poder correr más rápido
Beneficios de correr rápido
- Se aumenta la capacidad pulmonar y la resistencia al esfuerzo.
- Se acelera el metabolismo basal por un periodo importante de tiempo, incluso por hasta 48 horas según el entrenamiento.
- Correr rápido estimula las fibras rápidas que tenemos, permitiendo ser más rápidos cada vez, y aumentar nuestro consumo máximo de oxígeno.
- Se pierde peso (más rápido) sin la pérdida de masa muscular.
- Se controla el colesterol, la diabetes y la hipertensión arterial.
- Se previene la osteoporosis al fortalecer los huesos.
- Se fortalece el corazón y mejora la irrigación sanguínea.
- Se tonifican y fortalecen los músculos.
Otro importante punto a favor que no podíamos dejar fuera, ya sea al correr rápido o despacio, en que ambos ritmos son excelentes aliados para combatir el estrés y ayudarnos a mantener un estado mental en equilibrio, ¿estás de acuerdo? J