Mientras nos preparamos para una carrera es inevitable preguntarse: ¿están listas mis zapatillas para el desafío? Las zapatillas no vienen con fecha de expiración, pero sí con una recomendación: al llegar a los 600 kilómetros es mejor cambiarlas. Se pueden usar para caminar, pero idealmente no para correr. Nosotras lo sabemos, pero muchas veces no lo consideramos y corremos el riesgo de lesiones. “Es importante llevar una bitácora de uso donde no sólo deben incluirse los entrenamientos ‘formales’ también se deben considerar el kilometraje fantasma que es cuando las usamos para otros fines” asegura Osvaldo Calderón, especialista de producto en Adidas.
¿En qué debemos fijarnos para determinar si ya debemos jubilar a nuestras zapatillas?
1. Revisar si la suela tiene grietas y líneas visibles
2. Evaluar si la zapatilla ha perdido el agarre (perdida de seguridad en la pisada)
3. Determinar si la capellada ( la parte que cubre al pie) de la zapatilla ya no ofrece el mismo soporte
4. Disminución de la amortiguación
¿Cuándo deberías hacer el cambio? Si estás preparando una maratón (42k) o 21k… debería ser 1 mes antes de la carrera, siempre previo al último largo donde sí o sí debes probar si te acomoda. En el caso de los 10k no habría problema en cambiarla unas semanas antes siempre y cuando se prueben antes de la carrera. Nunca, nunca llegar con zapatillas nuevas al día del evento.
¿SE LAVAN O NO? Aunque se pueden lavar este proceso finalmente acelera el desgaste de la zapatilla, según Calderón. Se pierde la rigidez y el ajuste, y esto le resta vida útil. Lo mejor: limpiarlas con un paño con agua caliente y dejarla secar en un lugar donde no llegue directamente el sol.