La ‘cara de correr’ es uno de los clásicos males del runner, y si bien es algo que quizás no podamos erradicar al 100%, si podemos evitar su aparición temprana. Usar protector solar, tomar bebidas isotónicas después del entrenamiento para reponer minerales y llevar una dieta balanceada, son algunas de las recomendaciones.
Dime cuánto corres y te diré cómo envejecerás
El cutis sufre, en este caso, por varios factores. Tanto el constante impacto contra el suelo, como el sol y la contaminación del aire, provocan el envejecimiento cutáneo prematuro. Además, a esto se le debe sumar la pérdida de minerales por el sudor, los que son imprescindibles para la regeneración de la piel, y, por último, la sobrecarga de radicales libres que dañan los tejidos.
En esto la intensidad de carrera y la cantidad de kilómetros también tienen su protagonismo. Y es que corres más rápido la respiración se intensifica, lo que acelera la oxidación y con ellos las consecuencias negativas sobre la piel, como manchas, arrugas y flacidez.
Por lo tanto, si no queremos vernos más viejos de lo que somos, pero tampoco queremos colgar las zapatillas, hay que tomar ciertos cuidados extra, porque neutralizar el envejecimiento prematuro va más allá de reducir intensidad y kilómetros.
¡Ojo con la dieta!
Aunque te lo repitan 1584 veces, debes llevar una dieta rica en carbohidratos y proteínas, que incluya alimentos antioxidantes como los berries, el brócoli y las espinacas.
Dile que sí a los complementos nutricionales
Ingerir alimentos ricos en antioxidante, como las vitaminas C, E y betacaroteno. Ahora bien, también existen cremas faciales que las contienen. Estos son claves para combatir los radicales libres, responsables del proceso de envejecimiento. Además, el incluir colágeno como complemento, ayuda a recuperar la elasticidad y la textura de la piel.
Descansar es necesario
Quizás este es el que más olvidamos. Pero para mantener la oxidación controlada es esencial dormir un promedio de 8 horas.
Evita la deshidratación
Al perder agua, perdemos grasa y el rostro se adelgaza, perdiendo su firmeza. Esto también influirá en la sequedad de la piel, y no solo de la cara. Por lo que es muy importante usar una crema hidratante después del entrenamiento, en el rostro y en el cuerpo. Y recuerda reponer minerales con isotónicos si el entrenamiento ha sido muy intenso.
Atenta a los factores medioambientales
Frío, viento, calor…todos provocan resequedad y envejecimiento prematuro. El sol es el precursor de las manchas y arrugas, pero el otro provoca un desajuste en la temperatura de la piel y una disminución del metabolismo basal. Una vez más correr menos no nos va a proteger más, pero sí lo hará el factor solar siempre, porque lucha contra la oxidación y minimiza los efectos del medioambiente.
Evitar el descolgamiento facial
Cuando hacemos deporte, podemos perder peso, pero a veces es en más zonas de las que queremos, como, por ejemplo, la cara y sobre todo en la zona alrededor de los ojos y pómulos, lo que inmediatamente de un aspecto más envejecido. Aun cuando los expertos concuerdan en que esto no está directamente y solo relacionado con el running, sí coinciden en que las circunstancias que rodean a este deporte sí influyen. Deshidratación, exposición al sol, impacto contra el suelo, etc.
Siempre presente, factor solar
El deporte al aire libre nos obliga a tomar precauciones, ya que hay que tener en cuenta los daños que el sol puede provocar como quemaduras, cáncer a la piel (a largo plazo), envejecimiento temprano, arrugas, manchas, etc. Por lo tanto, la protección debe ser todo el año.
No queremos que corras menos, sino que más protegida.