Todas podemos correr. No se requieren grandes habilidades para hacerlo, pero sí calma en esos primeros entrenamientos. Una frecuencia controlada, concentrarse en los tiempos y no en los kilómetros y celebrar los aspectos positivos son algunos de los consejos que aquí compartimos.
Recién comienzas a correr y te anotas en una media maratón. Recién comienzas a correr y entrenas todos los días sin darte un descanso. Recién comienzas a correr y pretendes llegar primera a la meta. El entusiasmo es, sin duda, una herramienta clave para dar el puntapié inicial. Pero como en cualquier disciplina ese proceso en el running debe ser paulatino. Aventurarse con largas distancias o tiempos, sin preparación, eventualmente puede causar lesiones y desanimar sin remedio a las ansiosas. Además el impacto que este deporte tiene sobre las extremidades inferiores expone a las primerizas a lesiones cuando parten con mucha carga o con trotes de larga duración. Lo ideal es que se parta de manera progresiva y si es posible guiadas por un coach o por un programa de entrenamiento personalizado.
Aquí algunos datos comenzar corriendo sin perder la paciencia:
La frecuencia ideal: tres veces por semana. Para algunas esto puede parecer mucho, pero hay que tener en cuenta que deben ser distancias cortas. Cada semana se puede aumentar en un 10% la carga.
Olvidarse de los kilómetros y concentrarse en objetivos de tiempo. Media hora es suficiente desafío durante las primeras semanas de entrenamiento.
Entrenar día por medio. Eso para que los músculos se acostumbren a la frecuencia pero dándoles el descanso necesario para recuperarse.
Elegir metas alcanzables. Antes de anotarte en la media maratón, corre un par de carreras de 5k y luego de 10k. No solo para acostumbrar a tu cuerpo sino también a la mente para el nerviosismo que generan estos eventos.
Supera la tercera semana. Si mantienes el entrenamiento de manera regular a la tercera semana comenzarás a ver los primeros resultados. No abandones antes de experimentar ese primer entrenamiento que te deja llena de adrenalina.
Enfócate en lo positivo y acepta los malos momentos. Superar metas se siente muy bien. En los primeros entrenamientos proponte desafíos fáciles de alcanzar pero que vayan evolucionando con el tiempo. Y si tuviste un mal entrenamiento, no te preocupes…vendrán otros mejores.