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¿Cómo retomar tu entrenamiento gradualmente? Sigue estos consejos claves

Con la ansiedad del esperado desconfinamiento, es muy importante tener en cuenta que debemos retomar nuestro entrenamiento con responsabilidad y poco a poco. ¿Pero cómo se hace? Acá te contamos:

Pero, ¿qué significa arrancar gradulamente? ¿Cómo saber cuál es mi límite? ¿a qué señales estar atenta? Con todas estas dudas fuimos donde las kinesiólogas Francisca Dyer y Francisca Pérez, socias fundadora de Extreme Balance. 

“Cada vez que se ha detenido el entrenamiento y se quiere retornar, aunque el período sea de un par de semanas o de meses, nuestro cuerpo se desadapta rápidamente. Se tiende a pensar que se puede retomar donde se quedó, pero siempre hay que evaluar la condición actual desde la cual voy a retomar, para evitar sobrecargas y llegar a lesiones”, explican las especialistas de Extreme Balance, emprendimiento de kinesiología y entrenamiento (en Instagram @extremebalance).

¿Qué factores debemos considerar antes de retomar el entrenamiento?

Es clave considerar el tiempo de inactividad y el tipo de actividad que se hizo durante este periodo; por ejemplo es distinto haber realizado entrenamiento funcional que haberse detenido completamente. En el primer caso, el reintegro va a ser más fácil y rápido que para el segundo. Haber sometido al cuerpo a una actividad distinta, lo mantiene activo y alerta, y darle un siguiente impulso (running) no va a suponer tanto estrés como si se hiciera desde varias semanas de reposo sin ninguna actividad regular.

¿Cómo saber dónde retomar?

Lo más responsable siempre sería hacer un par de semanas de entrenamiento localizado de preparación de la musculatura antes de retomar el trote, y por supuesto, si se quiere volver a un nivel competitivo, lo recomendable es hacerse una evaluación kinésica para medir la calidad del movimiento y técnica de carrera, y así corregir y fortalecer las debilidades que pueda haber para evitar posibles lesiones al retorno.

Después de eso, lo ideal  sería retomar desde la mitad de la última meta lograda, aunque se sienta poco, pero es lo mejor para ir adecuando la musculatura nuevamente al estrés de running y disfrutarlo sin sobre exigirse. Luego se puede incorporar carga en tiempo o distancia en forma gradual de semana en semana, siempre con paciencia y no haciendo aumentos bruscos.

¿Qué precauciones debemos tener durante nuestras primeras salidas?

Hay que considerar el nivel de hidratación antes que todo, especialmente en días u horas frías en que no sentimos la necesidad de tomar agua, porque al iniciar el primer trote la energía calórica que generemos va a ser mayor, eso significa que vamos a perder mayor cantidad de agua que en un período de entrenamiento constante. Esto mismo nos puede jugar en contra al llevarnos a un estado de fatiga antes de lo debido.

¿A qué señales del cuerpo hay que estar atentas?

Nunca salir sintiendo hambre, a veces la sed la procesamos como si fuera hambre y comemos en vez de tomar agua; sintiendo labios o boca seca, lo que representa una falta de agua evidente; cansancio repentino, señal de que se está llegando a la fatiga; molestias en rodillas o tobillos, por eso siempre hacer ejercicios de movilidad y elongación previos al trote; y si se sienten en pinchazos en la musculatura, es mejor bajar el ritmo o detenerse, elongar y seguir a un ritmo más lento. 

por

Josefina, periodista, corredora aficionada y editora de Ladyrun.

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