Si me hubiesen preguntado hace 10 años si correría alguna carrera, lo más probable es que hubiese dicho ‘no corro ni al baño’ y ni si quiera hablemos del trail running, no existía en mi vocabulario. Hoy que combino la calle con el cerro, no podría decidirme solo por uno. ¿Ahora te cambiaste al cerro? ¿nos cambiaste por la tierra? Son algunas de las preguntas de mis queridos compañeros de equipo. Más no, siempre les digo lo mismo…soy infiel. Me gustan los dos y el cerro ha sabido conquistarme de a poco.

Siempre fui runner de calle, y jamás dejaré de serlo, fue mi amor a primera vista y no estoy preparada para terminar esa relación. Pero el cerro es distinto, más sucio, sí lo sé, pero tiene algo. Mi primera cita con el cerro fueron 7K en un trail nocturno en Aguas de San Ramón, si la memoria no me falla en el invierno del 2014, luego vendrían 10K del Endurance Challenge de The North Face el mismo y año, y después 18K, y así este año llegué a correr mis primeros 21K en modo trail.

De ahí en adelante los kilómetros en cerro no solo se hicieron recurrentes, sino que además armamos Runology Project con dos amigas en el cual mezclamos el trail running con el turismo, y por este proyecto he corrido en diferentes partes de Chile y se vienen más cerros nacionales y también internacionales.

La relación con el cerro ha avanzado bastante y se ha ido convirtiendo en algo serio y estable. Incuso tuve mi primer podio en el Trail UC el año pasado. Tercera en mi categoría de los 10K.

Pero ¿qué fue lo que me conquistó del cerro? Sé que he hablado mucho de las piernas de cerro, pero hay más que hombres bronceados con pelo decolorado escondidos en los parques y senderos. El trail tiene su qué y por algo ha ido sumando amantes.

Para mí es una combinación perfecta entre el amor por estar al aire libre, el deporte y la exigencia conmigo misma. Ahora bien, hay diferencias claras entre la calle y el cerro que se deben tener en consideración.

• Lo primero, es lo primero. Las zapatillas son distintas y tus aplanadoras de calle no te llevarán muy lejos en el trail.
• Está permitido caminar. Es parte del cerro y debido a las subidas y bajadas es posible que ciertos tramos los tengas que caminar, otros escalar (literal) y el resto correr.
• Los accesorios del runner aquí abarcan quizás alguno que otro artículo más. La mochila, la frontal, la comida, el agua, los bastones, etc. Dependiendo de la distancia se van sumando algunas cosas. Hay una cantidad de productos y cosas, hasta las comidas pre y post cambian.
• Distancia versus tiempo. Definitivamente no tienen nada que ver con la calle. Los tiempos cambian y seguramente te tomará algo más de tiempo correr la misma distancia que acostumbras. Incluso corriendo la misma distancia en distintos trails puede tomarte tiempos muy diferentes. El desnivel hace de las suyas.
• Los puntos de hidratación le llevan comida.
• Las distancias son raras, además de las clásicas te encuentras con 7, 18, 22, 32, 50, etc.
• El barro y la tierra son parte de, así como también lo es llegar con la pierna moreteada, la cara sucia y comprarse algún pedazo de cerro. Si te llueve es casi más bacán.
• Los cabros del cerro son distintos y no haremos más comentario al respecto.
• El paisaje siempre es impagable y la vista desde arriba siempre será mejor que la de abajo.
• Es imposible no relajarse, se que el correr en sí para los runners lo es, pero en el cerro no hay semáforo ni bocinas.

Pero el cerro y la calle también tiene cosas en común. El cruzar la meta no tiene precio y cuando miras para atrás y te das cuenta que corriste 4 horas, o las que sean, y que llegaste entera al final, te dan ganas de volver a hacerlo. Y eso es lo mejor que tiene.

Correr en calle te permite conocer tu ciudad y a las que vayas, lo mismo pasa con el trail…los paisajes acumulados serán siempre impresionantes.

Habiendo tanto cerro y calle como no correrlos. No soy experta en trail, yo solo hablo desde la experiencia de probar el cerro, las cosas técnicas dejémoselas a los expertos, yo sigo corriendo solo porque me gusta y lo paso bien.