Entrenar al aire libre como parques, campos o la rivera del mar o de un río aumenta considerablemente nuestra energía y generan sentimientos positivos. ¡Benditas endorfinas!
Si tienes la suerte de vivir en un lugar con bajos índices de contaminación, practicar deporte al aire libre es la mejor forma de oxigenarte y llenar tu pulmones de aire puro.
Los espacios abiertos reducen la tensión, sensación de agobio , mal humor y depresión.
Los iones negativos de oxigeno que emiten los árboles estimulan y armonizan los procesos vitales, y mantienen en equilibrio nuestra esfera psíquica y emocional; así que asegúrate de entrenar cerca de áreas verdes para cargarte de su buena energía.
Los entornos naturales abiertos son mucho más variados y divertidos que los espacios cerrados, por lo que probablemente te mantendrás más motivada con cada entrenamiento.
Está comprobado que la luz natural energiza y mejor el estado anímico. Además, si eres una corredora am, los suaves rayos de sol de la madrugada serán tu mejor despertador.