Si me preguntan qué deporte hago, obviamente, respondo: “corro”. Pero la verdad es que en este último año otra disciplina se ha ‘robado’ mi corazón: KO ¿Qué es? Es un entrenamiento, que nació hace 8 años en Perú, que combina ejercicios de boxeo, entrenamiento militar, artes marciales y yoga (KO Urban Detox Center: un espacio para cuerpo y alma)
Y solo una clase te asegura sudor por montones.
En una época complicada ( por mi guagua, en esos meses, recién nacida) donde correr me costaba, siempre podía contar con 1 hora de KO para quemar calorías y energías. Todo de la mano de la más seca profe y motivadora Bárbara Peschiera ( y en verdad todo el equipo de KOChile que son lo máximo).
Por eso cuando la Bárbara me invitó a ser parte del primer KO30Challenge no pude decirle que no aunque significara comprometerme a ir 30 días seguidos a clases cuando siempre ando contra el tiempo y seguir un plan de alimentación bastante estricto ( pero rico y sanito) que es mi karma.
Así fue el K030Challenge
30 días seguidos de entrenamiento, pase lo que pase, suena más difícil de lo que parece. Aunque parto por confesar que lo mío fue KO25Challenge porque, por diferentes motivos pero no falta de ganas, tuve que perderme un par de clases. De todas maneras, cada día que pasaba me sentía más fuerte. Recordé algo que me ha enseñado correr: la regularidad en un ejercicio es clave a la hora de progresar. A la semana ya no me perdía tanto en las rutinas de coordinación y como comenzó a decirme la Bárbara ahora “pegaba bonito” ( con mis guantes al saco).
Y lo mejor de todo el apoyo constante de la comunidad KO30Challenge. Hace que el desafío sea más llevadero y entretenido .
Cuando comencé el desafío venía de varios meses de ‘lucha’ con mi cuerpo. No fui de las afortunadas que la lactancia les da la chance de comer de todo y bajar de peso. Con 5 kilos sobre mi promedio, un considerable aumento en mi porcentaje de grasa y además meses de entrenar poco, me sentía estancada y con la sensación de que no volvería nunca a mi estado físico anterior ( que tampoco era tan fantástico, pero sí me había permitido entrenar para correr maratón y varias medias maratones sin problemas).
Y la verdad vi cambios, aunque debo reconocer que no fui taaaaan matea con la dieta. Quizás no baje mucho de peso, pero sí encendí el proceso de quema de grasa y comencé a ver músculos que habían desaparecido. Sobre todo en mi abdomen y brazos.
El verdadero desafío de KO30Challenge
Las que han ido a una clase de KO saben que se suda. Que son extenuantes y que, literalmente, quedas con la lengua afuera. Pero la verdad, eso no me cuesta. Me gusta, lo paso bien. Es un reto, pero dentro de mi zona de seguridad.
Ahora la otra patita de este desafío era, es y será mi debilidad: el yoga. Una clase de yoga me cuesta más que correr 21K por lejos. Soy tiesa, dura de mover y como nos dicen a los corredores ‘de isquiotibiales cortos’.
Pero en KO30Challenge tienes que activar tus dos lados: el KO y el Soul ( Yoga). Así que sin mucho ánimo me propuse ir a Yoga dos veces a la semana. No voy a decir que me convertí, pero ahora lo paso mejor y valoro mucho más los beneficios para un corredor. Lo mantendré? Voy a tratar, antes ni siquiera lo habría pensado.
Y esa es una de las lecciones que ‘reaprendí’ en estos 30 días: hay que atreverse, darlo todo y repetirlo una y otra vez. Ahí está la clave de una transformación desde adentro.
Una nueva edición de este programa comienza el 15 de enero. ¿Dónde? Presidente Riesco 3314, Las Condes. El valor del programa es de $150.000.- por persona. Si traes a un amiga pueden tener un 20% de descuento.