Lo sabemos. Una incorrecta hidratación puede aumentar el riesgo de enfermedades asociadas a las altas temperaturas, pero los líquidos son fundamentales para TODAS las reacciones físicas, incluido el funcionamiento de los músculos y la amortiguación de las articulaciones, y su déficit afecta directamente el éxito o fracaso de un entrenamiento.
¿Por qué? Si no te hidratas adecuadamente el volumen sanguíneo disminuye, esto hace que el corazón trabaje más para bombear sangre a las músculos y mantenerte en buen estado. Cuando llegas a ese punto tu rendimiento deportivo se resiente, y además te sientes notoriamente más cansada y fatigada. Por eso, hay que prevenir antes de curar, eso sí con cuidado de no caer en la hiponatremia, que es el exceso de líquidos.
En conclusión, el desafío es encontrar el equilibrio perfecto entre ni muy mucho, ni muy poco, y acá te ayudamos a conseguirlos con algunos prácticos consejos:
- Siempre lleva una botella de agua contigo, e hidrátate periódicamente durante todo el día, así evitarás llegar a sentir sed. Privilegia botellas reutilizables, idealmente de vidrio y libres de BPA.
- No te ‘llenes’ de agua durante el entrenamiento. Aunque el cansancio invita a beber mucho líquido, ingiere pequeños tragos que calmen la sed pero que no te hagan sentir pesada al seguir corriendo.
- Si eres mala para beber agua, busca alternativas. Las bebidas isotónicas, tés helados, y sobre todo las frutas de temporada con alto aporte de agua como sandía, melón y frutilla, son muy bienvenidas.
- Guíate personalmente. Aunque en términos generales se sugiere que las mujeres beban entre 2 y 2,5 litros de líquido al día, el principal indicador eres TÚ. Si bien debes ser responsable para mantenerte hidratada, sobre todo antes y durante del entrenamiento, cada una sabe cuánto líquido puede tolerar su estomago.
- Mantén una correcta mineralización de tu cuerpo. Aunque el verano provoca la sensación sicológica de tener que beber más agua, sumado a que sudas mucho más, antes de llenarte con agua, preocúpate de hidratarte inteligentemente: privilegia isotónicas y evita bebidas con demasiada azúcar.