Running y autoestima. Entender ese vínculo me tomó tiempo, pero lo conseguí. La autoestima y el amor propio se tienen que trabajar igual que un músculo; y se tienen que practicar mucho, igual que cuando aprendemos una nueva habilidad. 

Me imagino que como a muchas que están leyendo este post, mi autoestima es una cosa que sube y baja sin previo aviso. Algunos días despierto sintiéndome una bomba, y hay otros en que evito mirarme al espejo y me lleno de auto-críticas que terminan por bajonearme más. Tener una autoestima alta suena increíble, ¡pero pucha que cuesta! Por eso ya hace unos años decidí ponerme manos a la obra y hacer de mi amor propio una prioridad. 

Lo fundamental de la relación entre running y autoestima

Ahí es cuando entró el running, que sin planearlo se convirtió en uno de los elementos clave en este camino por la aceptación y el autocuidado. ¿La primera razón? La innegable carga de endorfinas que tengo cada vez que me pongo las zapatillas y salgo a sumar kms, ¡sin importar cuántos sean! Ese ya es el punto de partida ideal para un buen día en que me siento mejor conmigo y con los demás. 

La segunda razón: la tranquilidad mental que me da hacer deporte. Es mi momento, mi pequeño santuario de paz y donde tengo el tiempo de dialogar conmigo y de reconciliarme con mis pensamientos. El running es un regalo para mi cuerpo y mente en sí, y eso hace que sea el espacio perfecto para reencantarme con lo que más amo de mi. 

La tercera, y estoy segura que más de alguna se sentirá identificada, cuando corro ME JURO LA RAJA. Literal. No se si es la ropa, la actitud de running, la música de empoderada que casi siempre tengo en mis playlist (Beyoncé y Sia NO fallan), pero mientras corro me siento bacán: mina, fuerte, deportista, llena de energía positiva. 

Me tomó tiempo, pero lo aprendí. La autoestima exige trabajo diario, y me alegra saber que mi pasión por correr se convirtió también en una parte fundamental en este camino. Amo correr y me amo más cuando lo hago. Y espero de corazón que hayan varias ladies por ahí a las que el running les hace lo mismo, porque razones para amarnos, ¡tenemos de sobra!