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#conchispeza: las medallas se ganan

Las guardamos porque sabemos lo que nos costó ganarlas. Una medalla no es un premio, es un recordatorio de cuánto nos gusta correr.

Por Sole Hott (@solehott)

Detrás de una medalla hay horas invertidas. Entrenaste, dejaste de salir, te levantaste más temprano y corriste después de la pega aún estando cansada…es que descubriste que hay algo más entretenido que ver televisión. Las medallas no se compran, se ganan, y ahí está el significado de ellas. Son un testimonio de esfuerzo, voluntad y superación. Da lo mismo cuántas tengas colgadas en tu pieza, siempre quieres tener otra y siempre tendrán un sentido especial.
Cada una de esas medallas te recuerda los kilómetros que corriste, si te caíste, si terminaste lesionada, si te costó una uña (puede ocurrir), si mejoraste tu tiempo, si te faltó entrenamiento o si te apagó la música en la mitad. Por algo las guardas, y aún cuando el resultado no haya sido el esperado…cruzaste la meta. ¡Ganaste! como dicen lo que no corren. Son trofeos pequeños, pero con un gran significado y por algo pesan.

Miras la pared y ahí están…la medalla de los primero 21k, 42k o de un trail. Es la prueba física. Yo las guardo y sé perfectamente qué pasé y sentí en cada una de esas corridas.

Para mí es casi como el cambio de camiseta de los futbolistas, esa camiseta les recuerda un partido específico y el esfuerzo que significó ganarlo, yo las veo y recuerdo lo que me costaron esos 21K recién recuperada de una lesión, mi primer Endurance Challenge y esos 21K en los que mejoré mi tiempo. Pero una de mis favoritas es la que mis tiempos de nado sincronizado, si bien no la gané corriendo lo hice nadando. Segundo lugar a nivel nacional en mi época escolar. El esfuerzo para ganarle fue el mismo para ganar las otras. Te recuerdan el equipo que hay detrás, las personas que te apoyan, el entrenador e incluso el kinesiólogo. Detrás de una medalla hay mucha gente, un par de piernas y el cuerpo completo también. Puede verse muy fácil y simple, y quizás cualquiera puede correr una maratón, pero el mérito está en todo lo que hiciste para lograr colgártela en el cuello. Lo mismo pasa con aquellos que guardan los números de las carreras.
Puede sonar cursi, pero los que corren constantemente lo entienden de esta misma forma y quizás le dan aún más significado. Lo único seguro al comenzar una carrera es que hay una meta, y hay que cruzarla…todo lo que pase en entre partida y meta le da peso a la medalla, pero también lo hace todo aquello que hiciste para llegar a esa partida. Por eso las medallas se ganan.

por

Josefina, periodista, corredora aficionada y editora de Ladyrun.

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