Los beneficios de combinar distintas disciplinas son múltiples, desde ejercitar ciertas áreas que el running deja en segundo plano, hasta mantenernos motivadas y evitar que los entrenamientos se tornen rutinarios. Las actividades se pueden programar para el mismo día -por ejemplo una en horario AM y otra PM- o intercalándolas durante la semana.
“La mayoría de los deportes tienden a primar alguna cualidad, pues incluyen un factor importante que es el talento, por ejemplo la fuerza, la potencia, etc. Por esto lo más recomendado es buscar una disciplina integral o bien combinar 2 que puedan complementarse en un trabajo global”, explica Cristián Pérez, kinesiólogo de KMP (kinesiología y medicina preventiva).
Acá les dejamos algunas ideas para alternar con el running:
Yoga: Elongación y respiración; esos son los grandes aportes de combinar yoga con running, aunque por supuesto existen una decena de beneficios más (concentración, relajación, etc.). “El yoga a través de los pranayamas ejercita la respiración, un punto clave para mejor el rendimiento al correr, sobre todo en distancias largas. Además en el yoga trabajamos todos los músculos y su elongación, por lo que es ideal para complementar actividades cuyo fuerte es el ejercicio aeróbico como el running o spinning” explica la instructora certificada de yoga Ashtanga y miembro del equipo de Nike Training Club, Ignacia Briones.
Entrenamiento funcional: Por estos días tiene nombres de moda como crossfit y speedworks, pero el fundamento es similar: trabajar el cuerpo de manera integral a través de ejercicios intensos y de corta duración. “Para el running lo más importante son las piernas y el core (tronco), por lo que en este caso el fortalecimiento en general ayuda. Disciplinas como el entrenamiento funcional son muy buenas para apoyarlo pues contempla trabajo de fortalecimiento de brazos, e incluye otras característica como equilibrio y propiocepción (conciencia del cuerpo) entre otras”, agrega Cristán.
Natación: Es probablemente uno de las disciplinas deportivas más integrales, por lo que complementa a la perfección cualquier actividad física. Aunque al nadar se ejercita todo el cuerpo, gran parte de la carga se la llevan los brazos, un punto a favor para los corredores que ponen más carga en las piernas. Estas dos disciplinas trabajan el tren inferior y superior, aumentando con ello la resistencia y musculatura. Otra punto clave es que si nos preparamos para una carrera en particular, la natación permite aumentar la fuerza con un bajísimo riesgo de lesiones, además de proveer un espacio ideal para la recuperación. Este dúo deportivo se ha hecho tan popular gracias a su efectividad que derivó en el Aquarunning, una técnica de entrenamiento de running en el agua para trabajar en periodos de lesión.