Reconozco que no soy una usuaria regular de bloqueadores solares con demasiado FPS, sé que está pésimo, pero me encanta estar bronceada… Como que una se ve más sanita, flaca, hasta la ropa pareciera que queda mejor cuando tenemos ese tono mate. Sin embargo, desde que empecé a correr, el bronceado que antes obtenía tendida cómodamente en la playa ahora lo empecé a obtener mientras entrenaba. Las pecas en mi rostro y hombros, y las marcas de la polera o de las patas se convirtieron en una preocupación mayor, así que me puse las pilas con la protección solar para entrenar en verano responsablemente, sin que mi piel sufriese las nocivas consecuencias de la exposición a los rayos UVA/UVB.
Probé varios bloqueadores sin encontrar uno que me acomodara, todos eran demasiado aceitosos o densos, y con la transpiración terminaban literalmente rodando por mi cara, escote y piernas, hasta que llegó a mis manos este protector solar en aerosol Eucerin (marca con la que ya había tenidos muy buenas experiencias). Tiene FPS 50, es de textura muy ligera, así que se desliza con facilidad sobre la piel, y gracias a sus propiedades de ‘toque seco’ y ‘transparencia’, no deja la piel brillante, blanca, ni se corre con la transpiración tras algunos kilómetros recorridos. Otro punto importante es que es a prueba de agua, por lo que se mantiene intacto si me mojo la cara para refrescarme o si un amable vecino me tira un poquito de agua con la manguera.
Aunque evito entrenar en horas peak de calor, lo he usado cuando el sol está en llamas, y me ha dado excelentes resultados: cero sensación ‘pegajosa’ y rojeces, y máxima protección. Además su formato en lata es ideal para llevarlo a todos lados sin riesgos de desafortunados derrames en el bolso o mochila. Lo aplico una hora antes de entrenar en el cuerpo y el rostro (hay que agitarlo antes), y le retoco cada vez que es necesario.