Hemos hablado en algunas oportunidades del cuidado de los pies, para las chiquillas que corremos, creo que es por lejos la parte del cuerpo que más sufre. Tanto así, que con el tiempo ya he tenido que dejar de lado los cómodos condoritos, porque creo que mis pies no son dignos de mostrar.
Cuando corremos los pies pueden llegar a cargar hasta 3 ó 4 veces su peso. Por eso les quiero recomendar una rutina necesaria para cualquier corredora: una vueltita al podólogo.
Seguro muchas han tenido más de una molestia o dolor en los dedos o planta del pie que muchas veces nos impide correr con facilidad. Para eso no vale la pena ir a la clásica pedicure, ya que el arreglo es superficial. El podólogo en cambio, es la persona adecuada para tratar estas dolencias.
De los más comunes son: durezas, ampollas, callos, ojitos en los dedos (por lejos los más dolorosos) e incluso juanetes. Sólo palabras muy feas, que tienen solución con una pasada al menos una vez al mes a un podólogo.
Personalmente les recomiendo los Lustig (www.lustig.cl), hay en algunas comunas de Santiago, y la persona que me atendió me comentó que iban varios corredores a atenderse. Pero ojo, nunca hacerlo cerca de una carrera, ya que puedes quedar con algunas molestias, que se transformarán en una pesadilla si quieres correr distancias largas.