La mayoría de nosotras corre en cemento o maicillo porque son las superficies que tenemos disponibles. Pero también podemos hacerlo sobre pasto, arena o esquivando obstáculos en los cerros. Cada una de ellas tiene sus beneficios y dificultades. ¿Lo mejor? Cambiar el terreno como un descanso para el cuerpo y la mente.
PASTO:Mientras no tenga baches u hoyos el pasto es una superficie relativamente amable para correr. Es ideal para recuperarse de una lesión ya que como lo consigna un estudio del Journal of Sport Sciences, reduce el impacto en un 17% en comparación con el cemento. “Absorbe el impacto e impide la reactividad por eso es una muy buena opción para trabajos de rehabilitación”, asegura el entrenador Roberto Niedmann. El coach y atleta Benjamín Maturana agrega: “Dependiendo del trabajo a realizar se deben utilizar diferentes pastos. Los largos son ideales para trabajos de fuerza y los cortos para trotes regenerativos y ejercicios de técnica de carrera”.
ARENA:Cuesta pero trae sus beneficios: correr sobre la arena puede quemar casi el doble de calorías que un entrenamiento en una superficie más estable. “La arena, en especial la suelta, permite que los músculos trabajen con sobrecarga ejercitando la fuerza”, asegura Maturana. Lo más importante, sobre todo si venimos saliendo de una lesión de tobillo, es elegir la orilla de playa donde es más compacta. “Pero solo para trotes cortos y suaves”, recalca Niedmann.
CERRO:El trail es una buena manera de poner la mente a prueba. Generalmente dentro de un cerro nos podemos encontrar con diferentes superficies y muchos obstáculos como piedras y baches. Correr en el cerro requiere de nuestra total atención. En ese ajuste realizamos más esfuerzo y trabajamos músculos que en la ruta de cemento no son necesitamos pero que fortalecen nuestras extremidades.
CEMENTO: Aunque es la superficie más utilizada por las runners urbanas, no necesariamente es la más recomendada por el alto impacto que tiene en nuestras articulaciones. “Por eso es importante usar una zapatilla con más amortiguación”, explica Niedmann. Pero a pesar de sus contraindicaciones hay que incluirla siempre en los entrenamientos semanales ya que en esta superficie se realizan la mayoría de las carreras. “Hay que permitir que los músculos, los huesos, los tendones, los ligamentos y las articulaciones se adapten a recibir ese tipo de impacto. Sin embargo, es aconsejable realizar entrenamientos donde también se combine el uso de calle con otras superficies, como maicillo y pasto”, explica Benjamín Maturana.
MAICILLO:“Cumple con las dos condiciones esenciales de la carrera: absorción de impacto por ser un terreno relativamente blando y reactividad, factor fundamental para impulso y avance del gesto de la carrera”, asegura Roberto Niedmann. Por eso esta superficie es la más recomendada para entrenamientos. “Sobre todo para realizar trabajos de cambios de ritmo, de intervalos y regenerativos, pues de esta forma no se sobrecargaran tanto a los músculos, los huesos y las articulaciones. Sin embargo, al utilizar esta superficie debe buscarse zonas que sean parejas y planas”, explica Maturana.