¿Te imaginas dentro de una cabina a – 190ºC por 3 minutos? Así es la Crioterapia. Esta tortura, como puede sonar al leerlo así, sin contexto, es un muy buen complemento para recuperarse de lesiones, preparar el cuerpo para una carrera o reducir el dolor muscular, entre otros beneficios.
Usado por deportistas de elite de todo el mundo, ya hay en Santiago al menos 2 centros especializados que ofrecen criosauna de cuerpo entero. Hace algunos meses tomé un paquete de 10 sesiones para reforzar una terapia de kinesiología y me ayudó bastante.
En términos prácticos funciona así: entras en ropa interior a la cabina, con guantes y protectores en los pies. Tu cabeza queda fuera, no sientes una sensación de agobio, y además el espacio te permite tener cierta movilidad.
Una vez instalado en el criosauna, comienzan a salir vapores de nitrógeno seco, provocando la disminución de la temperatura corporal.
Esto se traduce en un aumento del metabolismo, y en la activación del sistema inmune y de mecanismos anti inflamatorios y analgésicos.
¿Cómo nos fue con la Crioterapia?
La primera vez los 3 minutos se me hicieron eternos, pero ya en las siguientes sesiones ni los sentía. Siempre alguien te acompaña y te pregunta si está todo bien o necesitas algo.
Es como si te recetearan el cuerpo. Me sentí sobrecargada de energía, de mejor ánimo y más liviana y firme a la vez. Además de todos los beneficios deportivos, ayuda también en temas de salud y bienestar, y un dato no menor: quemas entre 500 y 800 calorías por sesión.