Acabo de ver el documental Lorena, la de Pies Ligeros. Me gusta ver tele, lo asumo y veo de todo sin filtro. Miro mis películas favoritas cada vez que puedo, amo las teleseries extranjeras, acepto todo tipo de documentales, le doy oportunidad a todas las series, he visto cada uno de los reality shows y, por lo mismo, Netflix es mi lugar favorito.
Siempre encuentro algo que ver y los documentales son la mejor opción cuando se quiere hacer un break entre series o hacer alargar ese último capítulo que te queda.
Deportivos hay muchos y para recomendar podría nombrar The Barkley Marathon, Karl Meltzer: Made to be broken, Ícaro, otros más outdoor como Meru y Cerro Torre (mis favoritos), Take every wave y The Dawn Wall. La lista es larga y quizás más de alguno ya no esté en la plataforma. Pero cada uno de ellos vale la pena, y también vale la pena: “Lorena, la de pies ligeros”.
Lorena, la de pies ligeros, un documental que vale la pena
Producido por el actor Gael García Bernal para Netflix, el documental es sobre la ultrafondista Lorena Ramírez. Una corredora de trail bastante particular porque corre sin zapatillas ni ropa deportiva. Es más, corre con la ropa tradicional de los Tarahumara. Falda, blusa y sandalias, lo más deportivo que le verás…la mochila de hidratación.
Lorena vive en las montañas junto a la comunidad raramuri en la sierra de Chihuahua de México, y es una reconocida corredora de largas distancias en Latinoamérica.
En menos de media hora, el director Juan Carlos Rulfo no solo presenta a una atleta de tomo y lomo, sino que además a una persona. Y lo hace desde lo más profundo de su esencia, desde su lugar de origen y en su entorno.
Desde los lugares más increíbles las cámaras reflejan el mundo de Lorena, su humildad, belleza y simpleza para vivir, y correr. A sus 22 años, y con sandalias, ganó hace dos años una carrera de 50 kilómetros, y obtuvo el tercer lugar en los 103 kilómetros de Tenerife: la ultramaratón Bluetrail 2018.
Su padre también corre, y lo que se hereda no se hurta. Verla correr entre cientos de personas con ropa deportiva genera un sentimiento contradictorio…¿quién es el que está fuera de lugar? Es más, en las imágenes junto a su padre resulta extraño ver zapatillas de marca, y así verla correr en sandalias cobra sentido.
Sus pies ligeros se paran en la partida y cruzan la meta. Pasa por tierra, pasto y la superficie que sea, sin pensar en pronador, supinador o neutro, más o menos amortiguación, tipo de suela o capellada. Solo le importa correr.
Y como ella misma señala, mientras le dé el cuerpo lo seguirá haciendo. ¡Véanlo en Netflix que no se arrepentirán!