En mi preparación para WeRunStgo me propuse participar en la mayor cantidad de corridas para calmar mi ansiedad e ir poniéndome a prueba. Hace unas semanas fui a la Brooks Night Running y mañana es el turno de The North Face Endurance Challenge, en el Club Deportivo de la Católica. Para las ladies que no lo conocen (como yo hasta este año), el trail running se una modalidad en la que se trota fuera de pista por cerros y senderos, generalmente en montañas. A mi parecer lo mejor es el paisaje -¡siempre es increíble!- y lo más complicado la inclinación de la rutas, literalmente cuesta arriba.
Ésta, en particular, es unas de las corridas de trail más exigentes del hemisferio sur y las distancias son de 10, 21, 50, 80 y 160K (¡!) De hecho ayer cuando fui buscar mi kit, la persona que iba delante de mí retiró su mochilita para los 160, y yo le miraba sus piernas (flaquiiiitas) y pensaba en que mis esforzados 10 ¡el los va a multiplicar por 16! OMG.
Será mi segunda experiencia en una carrera de este tipo. En febrero fui a una en el Parque Futangue en Lago Ranco, también en la categoría de 10k, y aunque la disfruté mucho, como no tenía las zapatillas adecuadas en reiteradas ocasiones terminé de poto o de cara en el suelo, y mis manitos y piernas sufrieron los embates de esas caídas. Al no saber mucho de esta modalidad, esa vez elegí entre mis zapatillas de running y de trekking, y opté por las primeras, pero la suela plana me jugó una mala pasada y me pegué unas deslizadas de película, sobre todo en las bajadas.
Pero aprendí y mañana voy con las Ultra Cardiac de la colección Ultra Series de The North Face, diseñadas para correr en superficies irregulares, con suela Vibram® que da estabilidad, tracción y más ‘agarre’, perfectas para no terminar nuevamente con tantas heridas de guerra. Además son livianitas, súper flexibles, y algo que nunca está de más: taquilleras y femeninas.
Tengo un poquito de susto, como siempre, pero voy con toda la fe de que el entrenamiento de estos meses rendirá sus frutos. En vez de sufrir pensando si me la puedo o no, estoy siguiendo el consejo de mi coach Carlitos Warnke: no estresarme con la ansiedad, si no que disfrutarla. Si sobrevivo, ¡la próxima semana les cuento cómo me fue!
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