Lo primero que hay que saber de Gaby Ávila es que a ella el trote se le dio por casualidad. “Era de esas que no corría ni para tomar el autobus”, dice. Pero de repente su vida cambió cuando acompañaba a su novio a entrenar, el tema se fue dando de forma natural “comencé a sumar kilómetros porque tenía un compañero que me apoyaba y yo lo apoyaba a él. Cuando tienes un partner no puedes fallar en los entrenamientos, no te puedes quedar en la casa porque te da pereza o quieres hacer otra cosa, es una muy buena forma de cumplir con las metas, ni a tu novio ni a las amigas se les deja botadas en un entrenamiento, hay un tema de compañerismo y de fuerza compartida que no lo puedes explicar con palabras, pero si lo haces, seguro sabrán de que estoy hablando”.
Lo segundo, que aprovecha de viajar y correr. Esto la ha llevado a San Francisco, Berlín, Boston, Los Ángeles y Vancouver, siendo esta última su primera carrera internacional. Ya sea por placer o trabajo, nunca pierde la oportunidad de de meter a la maleta sus “tenis” y la ropa deportiva, como dice ella. Así fue como descubrimos que estaba por estos lados, mirando su Instagram justo cuando subió una story de que había corrido desde el Parque Bicentenario hasta el mercado Tirso de Molina en Santiago.
¿Cuál fue la carrera internacional más emotiva? La We Run San Francisco. Si alguien habrá leído Correr en Femenino, también se le habrá caído más de una lágrima cuando la protagonista describe lo que significa correr en esa ciudad y no es muy lejano a la emoción que yo sentí cuando cruzaba la línea de meta y estaban esperando esos chicos -vestidos con smoking- esperando entregarte la medalla que era un colgante.
¿Y la que harías mil veces o recomiendas a nuestras lectoras? Para mi la maratón del DF es un clásico, la he hecho más de 5 veces y cada vez es una mejor experiencia. Puede que los extranjeros se les haga complicada por el tema de la altura, pero es un circuito maravilloso para pasear por la ciudad, ya que andas por al menos cuatro barrios, corres por todo el paseo de La Reforma y terminas entrando al Estadio Olímpico, lo que sin duda es algo épico para cualquier corredor.
¿El tema de correr con smog en el DF no influye en el rendimiento de la carrera? La verdad no, sientes la rudeza de la carrera por la altura. Por mi lado, la recomiendo totalmente.
Pareciera que Gaby Ávila llevara corriendo una vida, pero no suma más de ocho años de kilómetros acumulados.
Entre lesión y lesión cambió el trote por los pedales y comenzó a evaluar el tema del triatlón, el problema es que le asustaba la parte del nado, además pero ha tenido la suerte de hacerlo en aguas cristalinas y tibias, el primer desafío fue en Cozumel, ahí los peces se cuelan mientras está en la competencia, “es divertido y le da un toque de emoción ver a los pececitos que se cruzan entre tus piernas mientras vas nadando”.
¿Cuál es tu próximo desafío? El Ironman de Campeche, que se realizará en marzo del próximo año, ahí el nado se hace en las aguas del Golfo de México y la parte del running y el pedaleo se hace por la cuidad y por la carretera de Mérida.
¿Tienes algún secreto que compartir con tantos años de experiencia corredora? Una vez alguien me compartió un tip si me salían ampollas por roce, algo bastante incómodo sobre todo cuando tienes que volver a la normalidad y usar zapatos nuevamente; en la zona de la ampolla hay que ponerse esmalte de uñas trasparente, eso la ayuda a secar y hace más llevadera la herida.
Lo último que hay que saber de Gaby es que corre para pasarlo bien, lo tiene asumido y declarado, “jamás correría por competir. Sí, es cierto, que uno va agarrando experiencia al momento de correr, pero la presión que tiene un atleta profesional debe ser mucha, para mi el running y el deporte es para cumplir conmigo, no con el resto de la gente, por eso mi admiración para los profesionales”.