Para mantener a las hormonas del hambre en sus niveles a raya y evitar arranques poco saludables, sigue estos 7 simples consejos:
- No te saltes las comidas. Es una de las reglas fundamentales para mantener una alimentación equilibrada: comer varias veces al día en cantidades moderadas. Si te saltas comidas o te sometes a regímenes demasiado estrictos, tu cerebro responderá con hambre y ansiedad, así que evita dietas relámpago, y mejor apuesta por una alimentación sana y prolongada en el tiempo.
- Ten snacks saludables a mano.Cuando el hambre ataca, sobre todo luego de entrenar, ataca en serio. A más de alguna le habrá pasado llegar de correr directo al refrigerador… por eso, para evitar caer en tentaciones poco sanas, te sugerimos tener snacks saludables contigo o alimentos ricos y nutritivos en casa.
- Controla tus impulsos.Muy ligado con el punto anterior, este consejo tiene que ver con detenerte un momento cuando te ataque el hambre. Piensa un segundo si realmente sientes hambre o solo ganas de comer, y evalúa cuáles son las mejores opciones para tu dieta. La clave no es dejar de comer, sino que controlar y ser conscientes con qué y cuánto comemos.
- Duerme bien. Hace poco te contamos sobre cómo influye el buen dormir en nuestro rendimiento deportivo (si no lo leíste, revisa la nota ¿Cuánto dormir para tener un buen rendimiento deportivo?) y acá te lo volvemos a repetir. Cumplir con tus horas de sueño y alcanzar un descanso profundo también es fundamental para mantener el hambre bajo control, ya que no hacerlo aumenta los niveles de Grelina.
El sueño es uno de los regulares más importante de las hormonas del hambre.
- Déjate caer en la tentación (de vez en cuando). Las prohibiciones muchas veces son la causa de la tentación y ansiedad, por eso, de vez en cuando date permiso para caer en algunas tentaciones que normalmente no incorporas en tu dieta. Muchas veces el no poder comer algo es lo que gatilla nuestras ganas por quererlo a toda costa.
- Despídete del estrés y ansiedad. Son los principales culpables de problemas, lamentablemente más comunes, como la obesidad, colon irritable, jaquecas, insomnio… y así una lista interminable. No conviertas tu rutina en una donde el estrés sea la norma; acostumbra a tu cerebro a un estilo de vida sano y en equilibrio.
- Se constante con tus entrenamientos. El deporte, entre sus múltiples beneficios, aumenta la hormona Leptina (responsable de la sensación de saciedad) por lo que ayuda a calmar el hambre, además baja los niveles de estrés y ansiedad, y sobre todo, fomenta una vida sana.