¡Ay partner de running! La cita quedó acordada el día anterior, o incluso durante el carrete de fin de semana. En la semana vamos a salir a correr, tempranito o de noche, pero el encuentro es una hecho. Tenemos el Whatsapp de confirmación como respaldo, todo está ok… hasta que a última hora llega el mensaje: “amiga no llego” “no me odies, no lo lograré” “anoche se me fue de las manos, sorry”, todo tipo de emojis y excusas, desde las más simples y honestas, hasta las más rebuscadas.
Personalmente he estado en los dos lados de la historia, me han fallado y he fallado, por eso me tomo la atribución de escribir esta columna, haciendo un auto reproche a las que como yo (sobre todo en las heladas mañanas de invierno o el día después de un buen after office) hemos dejado pagando a nuestra compañera de trote.
Razones para fallar sobran, algunas creíbles y muy justificadas, y otras mentirillas piadosas que en buen chilensis son FLO JE RA. Pero no ladies, no caigamos ahí, sobre todo porque nos farriamos la increíble oportunidad de entrenar acompañadas y de esos entretenidos kms conversados, y entre falla y falla, podemos perder a nuestra partner.
Además, una cosa es que nos saltemos un entrenamiento cuando estamos solas, pero otro tema bien distinto es cuando hay otra persona esperándonos. Alguien que se programó y eligió correr con nosotras ese día. Por eso, acá va un tirón de orejas para mi y para quienes lo han hecho, y un breve manual de buenas prácticas de la partner de running. Lean y repitan a conciencia.
La buena partner de running…
- Establece un acuerdo honesto con su compañera, y le advierte si es que el día de entrenamiento queda o no sujeto a confirmación.
- Se presenta a la hora y lugar acordados ¡puntualmente!
- Envía una Whatsapp de confirmación, y avisa si llegará algunos minutos tarde.
- En caso de emergencia, cancela con anticipación y con una razón debidamente justificada (se excluye tajantemente la flojera).