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7 excusas validas para NO entrenar

Dejando de lado la flojera y los chamullos, acá les dejamos 7 excusas ultra aceptadas para NO entrenar (y sin remordimientos).

Que está muy oscuro, que hace mucho frío, que parece que me va llegar, que me siento ‘rara’; las excusas para no entrenar son infinitas, pero en la práctica son pocas las justificaciones reales para saltarnos entrenamientos. Dejando de lado la flojera y los chamullos, acá les dejamos 7 excusas ultra aceptadas para NO entrenar (y sin remordimientos).

Falta de sueño

Si eres de las que entrena am, o ultra am, y te desvelaste la noche anterior o la junta con tus amigas se alargó más de lo esperado, entonces evalúa seriamente si madrugar o no. Respetar las horas de sueño es fundamental para funcionar bien durante nuestra rutina y también para rendir a la hora de correr, así que a veces es mejor saltarse un entrenamiento o reagendarlo para la tarde, que andar como zombi todo el día.

Dolor articular

Los clásicos son de rodilla o tobillo, pero es importante que si sientes un dolor intenso en las articulaciones suspendas el entrenamientos hasta que consultes con un especialista. Recuerda que hacer como que la molestia no existe no hará que desaparezca, al contrario, la puede agudizar, y entrenar con dolor NO es normal.

Tos

Especialmente para las que vivimos en ciudades con altos índices de contaminación como Santiago o Temuco, es recomendable hacer una pausa si sentimos molestias broncopulmonares. El principal síntoma es la tos, así que ante mucho ‘cof cof’ es mejor parar. Las dolencias en el pecho y en la espalda también son un indicador de que es mejor reposar.

Una herida abierta

Si te hiciste una herida en alguna zona de roce (clásicas son en el ‘muslito’ o bajo el busto) es importante que te preocupes de que sane antes de volver a exponerla al roce del entrenamiento. Si no les das a la piel el tiempo necesario para curarse, lo único que conseguirás será que la herida se mantenga abierta, con ello que quede expuesta a infecciones, y además que quedes con una cicatriz que era perfectamente evitable.

Fiebre

La temperatura es el síntoma que irrefutablemente nos indica cuando algo no anda bien en nuestro cuerpo. Y al entrenar aumentamos aún más nuestra T° corporal, así que si tienes fiebre preocúpate de saber a qué se debe antes de pensar en correr. En el mejor de los casos será algo pasajero, pero de no ser así es importante contar con el diagnóstico de un doctor.

Uñas encarnadas

Un problema poco glamoroso pero muy recurrente entre los runners. Si te cortaste demasiado una uña y te lanzas a correr, la molestia se agudizará y puedes aumentar el riesgo de que se infecte. Así que si lamentablemente te embalaste más de lo que debías con el cortauñas, espera un par de días hasta que la uña salga de la zona de ‘peligro’.

Agotamiento excesivo

Esta aplica para aquellas ladies a las que se les pasa la mano con el entrenamiento. Si has corrido intensamente durante semanas o meses, es normal que el cuerpo pida un break y hay que dárselo. Es mucho mejor descansar por algunos días y retomar el entrenamiento con más fuerza y ánimo, que sobreexigirse y terminar agotada y aburrida de correr.

 

 

por

Periodista, valdiviana y fanática del sur de Chile. Corro porque me hace feliz, y mucho más si es escuchando reggeaton.

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